Le dijeron nunca digas nunca, ni siempre, ni todo, ni nada.

Y a ella le parecía que q los pocos sueños que había querido arribar, siempre se le habían o se los habían quebrado,

A pesar de haberlo intentado todo.

Y una y otra vez,

Sin parar y sin medir las consecuencias que cada quiebro habían rasgado velo tras velo, capa bajo capa.

Se dió cuenta por centésima vez,

Que había metas que no eran para ella,

Que había anhelos, que por mucho qué, no eran para ella.

Volvió a sentir la nostalgia de la luz que burbujea a en ella cada vez que iniciaba un nuevo recorrido.

Y aunque ahora, le faltaban todas las fuerzas,

Sabía que tenía que empezar de nuevo,

No para empezar un nuevo sendero hasta un sueño para hacerlo realidad,

Sino para no perder,

El único rayo de sol,

El único hilo de luna, en todas sus fases,

Al que se abrazaba cada amanecer, y cada atardecer, para seguir caminando,

Aunque nunca fuera a ningún lugar.

Cansada sí,

Dolorida sí,

Amando sí, 

Sosteniendo fragilidades propias y ajenas.

Abrazando vulnerabilidades que nacen de si misma, de la vida y de las mareas que unen cada vida con la vida.

 Le dijeron nunca digas nunca, ni siempre, ni todo, ni nada.

Y ahí anda, sabiendo que nunca, ni siempre, ni todo, ni nada.

Le dijeron nunca digas nunca, ni siempre, ni todo, ni nada.

Y ahí está frente a sus nunca, frente a sus siempre, sus todo, sus nada.

***La Guardiana Del Oráculo***

https://youtu.be/IiBbCIfBV0w

📷RED.