7 de agosto de 2021

 

La vida no me debe nada.

Este instante me ofrece 0, 1, 8 o infinitas posibilidades de moverme o quedarme quieta, en ese moverme, ¿cuantos caminos soy capaz de discernir? 

En ese quedarme quieta, me quedo cual estatúa de piedra, me siento en mi zafu y respiro o contemplo como se mueve mi escenario, quizás, decida acostarme y dormir...

Pero siempre, siempre si estoy mal, como poco hay dos opciones, sentirme así, o acogerme un poco más y mejorar mi mirada, mi sentir, dar un paso mas(hacia dentro).

Desde el silencio de mis silencios,

No puedo expresar mucho.

Silencio: se habla, la vida habla.

Habitada por la mujer silencio,

Sólo siento.

Y no me enumero.

A veces ruge la bestia, y se mueven hasta los cimientos.

Nada que temer.

Nada de lo que huir,

Sentada en cualquier lugar, en la arena, en la hierba, en una roca o en este zafu, el horizonte son mis sentires,

La melodía el viento,

Y mi voz el laberinto, que resuena cual eco para mis adentros.

Nada que decir,

Nada que explicar,

La soledad acompañada de melodías arcaicas.

Sentir, sin adjetivos que disfracen los sentires.

Esencia, suavidad y dureza a los mismos tiempos.

Dejar que el viento acaricie los espacios entre silencios.

Dejar ir,

Dejar llegar,

Tiempo,

No tiempo,

Eternidad,

Vislumbrar,

A ciegas camino,

Y descalza me apresuro a entrar un poco más adentro de este ser que nunca supo como ser.

Senderos llenos de ramas torcidas

Y raíces sobresalientes,

Creciendo hacia ningún lugar,

Pero dejando espacio a la vida, 

Para cuando tenga que ser sea,

Cuando tenga que emerger, emerga.

Y cuando tenga que morir muera,

La vida que nos vive dentro, es esocpoemas sin rimas, sin palabras, 

Pero en algún lugar de la existencia todo enlaza.

La Guardiana Del Oráculo.



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